El futuro de la movilidad es eléctrico. Pero los vehículos eléctricos (VE) siguen estando por detrás de los vehículos de combustión interna en parámetros clave. Esto impide que se generalicen.
El aumento de la autonomía implica que las baterías de los VE deben almacenar más energía. El mayor coste de un VE se atribuye al coste de las baterías y a su escasa vida útil. Además, los vehículos eléctricos actuales no pueden cargarse rápidamente, ya que sus baterías no soportan las condiciones de carga rápida.
Mejorar los parámetros de las baterías, como la intensidad energética, la tasa de carga, la vida útil y el coste, es un gran reto tecnológico que puede resolverse con nanotubos de grafeno TUBALL™ (o nanotubos de carbono de pared única) al introducirlos en la receta de las baterías de iones de litio.
Cuando se añaden a los materiales activos de mayor densidad de energía — con base de silicio para el ánodo y con alto contenido de níquel para el cátodo — TUBALL™ permite a la industria alcanzar objetivos de densidad de energía de 300 Wh/kg y 800 Wh/l e incluso superarlos. Las mejores celdas de batería que existen actualmente en el mercado sólo consiguen 260 Wh/kg y 700 Wh/l (tipo 21700).
Los nanotubos de grafeno resuelven el problema fundamental de los ánodos de silicio y proporcionan un rendimiento sin precedentes a los cátodos de las baterías de iones de litio.